No será que a veces esperas de las personas a tu alrededor más de lo que tu mismo les das?
Exiges de tus hijos o colaboradores más de lo que les has enseñado o más de lo que tu compartes con ellos?
Tal vez debas entender amorosamente y con tolerancia
que todas las personas tienen alguna limitante, lo mismo que tú!
Pregunta 1: Dado que el tema se enfoca en el amor: das lo que tienes. Eso, debe ser suficiente; ya que, el amor se paga con amor (sin medidas).
ResponderEliminarPregunta 2: Si algo hemos aprendido nosotros (como hijos) de nuestros padres es que: los hijos/as siempre los sorprendemos de alguna u otra forma. No se trata de cantidad de tiempo, sino de calidad. El amor no se trata de “compartir” sino de la entrega incondicional que hacemos por ellos y por nosotros mismos (balanza existencial)… de ahí, que en el amor no haya “sacrificios” (en teoría, claro… pero la verdad, dejarías de comer por ellos/as).
Punto 3: Cada uno de nosotros es distinto, manifestamos nuestros sentimientos de forma distinta y bajo nuestras propias limitaciones. Quizás, eso hace especial la vida (apreciar lo diferentes que somos y cómo apreciamos las mismas cosas de forma distinta.
Por último, el título. Viendo así de reojo, y juntando las piezas: hijos, amor, limitaciones… me lleva a una “barrera” o muro. Dejarse amar es aceptar el amor que nos dan, sin importar las consecuencias (nada de razonamientos o lógica). Y, quizás, de eso se trata la vida: de tomar lo que nos llega (lo poco y lo mucho) y disfrutarlo como lo que es: algo único e irrepetible.
F.