Saludos. Cosas buenas de estar vivo: ver… un cielo azul, o una noche estrellada; escuchar… la lluvia, o el ruido del mar; tocar… la arena con tus pies, o el agua con tus dedos. Oler… la sal en el ambiente, o la madera de una fogata. ¿Y el gusto?... la vida en sí, tiene su propio sabor; y degustarlo, se asemeja a la arena de una playa: cambia de forma, de color y de consistencia; pero, siempre mantiene su propia belleza y su innegable función… es el puente entre el sueño del horizonte y la realidad del soñador. En tu caso, debo agregar, que has traído al mundo tres pequeñas buenas razones; y, los has educado y visto crecer. Serán grandes hombres; si puedes ver eso: podrás agregarlo a tu lista de buenas razones.
Por otro lado, yo cambiaría el “lugar para esperar mi muerte: Terrenas”, por “Mi lugar de descanso final… o de paz”. Te queda demasiada vida por vivir para buscar ese lugar final. No es tanto un hermoso amanecer, o las nubes rompiendo al atardecer; o, el blanco de la arena y el susurro del viento: lo que hace ese lugar especial es que TÚ estuviste ahí. Y es que, así es la vida: una fracción de segundo, inmortalizada en un sentimiento o en un recuerdo. Lo demás, es solo el adorno que rodea esa historia. Buenas tardes.
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Saludos. Cosas buenas de estar vivo: ver… un cielo azul, o una noche estrellada; escuchar… la lluvia, o el ruido del mar; tocar… la arena con tus pies, o el agua con tus dedos. Oler… la sal en el ambiente, o la madera de una fogata. ¿Y el gusto?... la vida en sí, tiene su propio sabor; y degustarlo, se asemeja a la arena de una playa: cambia de forma, de color y de consistencia; pero, siempre mantiene su propia belleza y su innegable función… es el puente entre el sueño del horizonte y la realidad del soñador. En tu caso, debo agregar, que has traído al mundo tres pequeñas buenas razones; y, los has educado y visto crecer. Serán grandes hombres; si puedes ver eso: podrás agregarlo a tu lista de buenas razones.
ResponderEliminarPor otro lado, yo cambiaría el “lugar para esperar mi muerte: Terrenas”, por “Mi lugar de descanso final… o de paz”. Te queda demasiada vida por vivir para buscar ese lugar final. No es tanto un hermoso amanecer, o las nubes rompiendo al atardecer; o, el blanco de la arena y el susurro del viento: lo que hace ese lugar especial es que TÚ estuviste ahí. Y es que, así es la vida: una fracción de segundo, inmortalizada en un sentimiento o en un recuerdo. Lo demás, es solo el adorno que rodea esa historia. Buenas tardes.
By F. (Risa de anónimo).